“Aceptada desde el primer instante”
Una mezcla entre felicidad y nostalgia fue lo que sintió Dulce María al regresar a sus 19 años al hogar que la cuidó cuando era pequeña. Ahora, a pocas semanas de iniciar su carrera en medicina, había decidido ser voluntaria en Hogar Para Sus Niños para “devolver un poco de todo el amor y cuidado que me dieron cuando era pequeña”. Dulce quería hacer por otros lo que un día hicieron por ella.
Años más tarde, cuando Dulce María tenía 7 años, visitó el hogar por primera vez. En esa ocasión, recuerda haberse puesto muy feliz al ver en persona a las tías cuidadoras que solo recordaba a través de las fotos. “Fue lindo ver también a algunos de mis amiguitos de esa época, aunque la mayoría ya había salido del hogar”.
Ahora, al regresar como adulta, solo puede sentir agradecimiento e inspiración al ver el arduo trabajo de las tías. “Me veo reflejada en estos pequeños niños, y veo cómo las tías los cuidan y los aman, y sé que así mismo yo fui amada y cuidada.” De igual manera, ahora es muy consciente del impacto gigantesco que tuvieron los donantes como tú en su vida. “A todas las personas que aportan generosamente a HPSN solo puedo decirles ¡Gracias! ¡Vale la pena todo lo que hacen! Tal vez no lo dimensionen ahora, pero están dándole la oportunidad de un futuro diferente a todos estos niños. Hoy mi vida es diferente gracias a personas como ustedes.”
A pesar del amor profundo de sus papás y de que su familia extendida la abrazó desde el primer momento, Dulce enfrentó desafíos en la escuela por ser adoptada. “Los niños no entendían por qué no me parecía a mis papás y me molestaban por eso”. Pero poco a poco, con el apoyo incondicional de sus papás de corazón, ella aceptó y abrazó su propia historia. “Ahora no me avergüenzo de ser adoptada, es más, puedo ver cómo eso me hizo ser más fuerte y agradecida con la vida. No culpo a mis padres biológicos por haberme abandonado, más bien he tratado de pensar que tuvieron que tener una buena razón, que no fue por mi culpa. Ahora entiendo que la vida que tengo es una segunda oportunidad.”
Cuando tenía apenas unos días de nacida, Dulce María fue abandonada en un hospital en la provincia del Carchi, al norte del país. A los pocos días, fue recibida con los brazos abiertos en HPSN, y poco más de dos años después fue adoptada nacionalmente.
Aunque no tiene muchos recuerdos del tiempo que estuvo en el hogar, su Babybook (un libro con fotos y recuerdos de su tiempo en HPSN) le ha ayudado a saber cuán amada y cuidada fue. “Regreso a él, especialmente cuando estoy triste, porque veo a esa bebé que fue feliz y amada, que nunca se sintió abandonada, sino que fue aceptada desde el primer instante.”
La historia de Dulce María es una de las tantas que has hecho posible a través de tu generosidad. Gracias por cambiar su vida para siempre y por seguir haciéndolo con todos los niños que hoy son parte de Hogar Para Sus Niños. ¡Tu apoyo inquebrantable está dándoles la oportunidad de tener un futuro brillante!